La experiencia de Dios

La experiencia de Dios

CARLOS DE SEZZE: ATRAVESADO POR DIOS EN EL CORAZÓN

Carlos de Sezze es unos de esos misticos desconocidos y que en este blog se intenta que los amantes y seguiodores de la espiritualidad de la intimidad del alma con Dios puedan conocer, junto tambien a los "grandes". Que por ser poco conocidos no quiere decir que no tengan nada que decirnos, ni que sus experiencias no nos puedan llenar de gozo. Sino todo lo contario. Tienen mucho que contarnos y enseñarnos.

Nacido en Sezze (Provincia de Latina, Italia) el 22 de octubre de 1613, Giancarlo (o Juan Carlos, este era su nombre de bautismo) fue pronto obligado a dejar la escuela pública para dedicarse a la custodia del rebaño, cultivando, sin embargo, una profunda práctica del espíritu cristiano, infundida por sus devotos padres. El amor por la cruz y por la Virgen María lo iluminaron en el camino espiritual. Carlos entró en el convento franciscano de Nazzano, recibiendo el hábito del "Poverello d'Assisi" - San Francisco - el 18 de mayo de 1635.

Obediente a las disposiciones de los superiores, ejercitó sus oficios religiosos en los conventos de Morlupo, Ponticelli, Palestrina, Carpineto, San Pedro in Montorio y San Francisco "a Ripa" en Roma, viviendo siempre con extrema humildad y disciplina franciscanas. Fray Carlos cumplió siempre alegremente obras dedicadas a procurar el sustento de los pobres y la asistencia a los enfermos y moribundos.

Un día, la vida de Carlos cambió para siempre cuando tuvo lugar su encuentro con Dios. Encuentro real y material, no simbólico ni meramente espiritual. Encuentro experimentado por el cuerpo, además de por el alma. Una mañana, mientras Fray Carlos escuchaba la Misa en la Iglesia de San José "a Capo le Case", en el momento de la elevación, un rayo luminoso, salido de la Hostia Santa, tocó a fray Carlos en el corazón, produciéndole una profunda herida hiriendo el costado del Santo hasta penetrar su corazón –cuya señal se observa todavía actualmente–, con lo cual cayó en un éxtasis de amor y dolor, como él mismo refiere en su autobiografía.

Tal fue el signo del amor recibido, que el mismo fraile lo describe así: "Estaba en la mitad de dos extremos, es decir, del dolor y de la suavidad de la dulzura. Parecía que el alma quisiera salir del cuerpo. Habría soportado, a causa de la dulzura, cualquier gran tormento y todo tipo de trabajo Desde este momento la vida de fray Carlos fue eminentemente eucarística, de modo que frecuentemente, después de la santa comunión, experimentaba largos coloquios e íntimas comunicaciones con Jesús, a quien tanto recreaba el fervor y sencillez columbina de su siervo.


Ejercitando este último humilde servicio recibió de Jesús Sacramentado el más estupendo prodigio de su vida, que le mereció el título de «Serafín de la Eucaristía», pues que entrando una mañana en la iglesia de San José «de Capo de Case», situada cerca de la actual plaza de España, y oyendo allí en compañía de algunos fieles y todo absorto en el amor de Jesús el santo sacrificio de la misa, al llegar el acto de la elevación un rayo luminoso partió de la hostia sagrada hiriendo el costado del Santo hasta penetrar su corazón –cuya señal se observa todavía actualmente–, con lo cual cayó el extático lego en un admirable deliquio de amor y dolor, como él mismo refiere en su autobiografía. Desde este momento la vida de fray Carlos fue eminentemente eucarística, de modo que frecuentemente, después de la santa comunión, experimentaba largos coloquios e íntimas comunicaciones con Jesús, a quien tanto recreaba el fervor y sencillez columbina de su siervo.

Llama la atención que sea una experiencia tipo Transverberación, como la que experimentó Teresa y otros místicos. Dios, en forma de rayo luminosos, atraviesa y llena el corazón de Carlos de intenso amor y dulzura divina. Como Teresa. Carlos manifiesta también un dolor, que no sabemos exactamente a que es debido. ¿Podría tratarse de una reacción del cuerpo a una experiencia tan intensa que no es de este mundo, y se reacciona con dolor? ¿Podrá ser que la experiencia sea tan sumamente gozosa que el amor divino pueda confundirse con dolor? Como cuando el hielo no produce sensación de congelar nuestra piel, sino que precisamente produce ardor. En una entrada aparte intentaré hablar de las Transverberaciones y también cuando ese misterioso dolor su une a la suavidad divina.

Fray Carlos hizo muchos milagros, como curaciones de enfermedades y multiplicaciones de alimentos. Finalmente, ya enfermo, murió en el convento de San Francisco "a Ripa" (Roma) el 6 de enero de 1670. En el lugar del corazón donde el Señor el infligió la herida de amor, comenzó a aparecer, después de su muerte, un signo en forma de cruz. El fenómeno ha sido uno de los milagros reconocidos por la Congregación de Ritos. Reconocidos los milagros propuestos para la beatificación por Pío IX, el mismo Papa promulgó el decreto de beatificación el 21 de noviembre de 1875.

Fray San Carlos de Sezze fue reconocido santo por la Iglesia el 12 de abril de 1959 y su cuerpo permanece incorrupto.


No hay comentarios:

Publicar un comentario