Entre las experiencias místicas destaca una que no es demasiado conocida, y que tiene unos efectos físicos: El don de lagrimas. Es una gracia espiritual a modo de regalo espontáneo de Dios que se concede a alguien para sentirse más unido a Él. El fruto de estas lágrimas afecta tanto el destinatario de este regalt como a otras personas que presencian la alegría y la paz duradera
QUE SE SABE DEL DON DE LÁGRIMAS
Es un fenómeno mencionado en los autores espirituales desde muy temprano en la Iglesia, y se refiere a una intensa experiencia personal de Dios que se desborda en abundantes lágrimas. Santa Teresa de Jesús, por ejemplo, comparó el don de las lágrimas al estado de contemplación. La contemplación es divergente de la meditación, en la que uno debe ser invitado por Dios para entrar en la contemplación.
CÓMO SE EXPERIMENTA
Es un desbordamiento espiritual expresado de forma emocional / fisiológica. El cual crea un estado de gran gozo , y es un estímulo profundo para la persona que recibe el regalo, así como (a veces) para otros que lo presencian. Durante la infusión de este regalo, una persona puede ser incapaz de articular lo que está sucediendo dentro de ella. Ella puede ser consciente de que su corazón ha sido capturado por su ‘amante’ de una manera inexplicable. También puede notar que ella está en un estado de oración sin palabras, que es una oferta subconsciente de amor, un medio de comunicación con Dios, sin palabras.
El don de las lágrimas muy bien puede llevar a uno a experimentar el sabor del estado unitivo espiritual. Pero en la medida que llega rápidamente, casi siempre se va con la misma rapidez.
Es un presagio transitorio de dicha eterna, que está destinado a estimular e inspirar al destinatario en su viaje espiritual. De este modo, tal vez Dios nos quiera comunicar que el verdaero gozo está siempre en Él y que buscarlo no es una pérdida de tiempo. El don de lçagrimas es ante todo un regalo espiritual y un consejo de " ven a mi".
LO QUE NO ES
Como todos los dones de este tipo “carismáticos” está libremente dado por el Espíritu Santo, de acuerdo una necesidad espiritual personal o colectiva. Puede suceder una o varias veces, o incluso puede repetirse durante toda la vida, aunque ciertamente no tiene por qué. En sí mismo, no es una indicación de que alguien ha alcanzado un alto nivel de theosis permanente, ni crea directamente un mayor grado de unión con Dios. Más bien, tiene la intención de animar a la persona que lo recibe y a los que lo presencian. En este sentido, puede ser un poderoso estimulante para una mayor fidelidad en la cercanía de Dios. Si alguien recibe este regalo debe aceptarlo con gratitud y humildad, pero no construir su vida alrededor de él. El don de lágrimas es un regalo de Dios y como todo sus regalos no se deben transformar en el cntro de nuestras vidas, pues puede ser contraproducente.
LÁGRIMAS SOBRENATURALES FRENTE A LAS NATURALES
Este don de lágrimas se diferencia de las lágrimas normales, tanto en lo que desencadena que (se desencadena por una experiencia de Dios, no por el dolor natural o la tristeza o la alegría, por ejemplo), así como en la forma en que se produce fisiológicamente.
Generalmente, estas lágrimas son abundantes y no están acompañados por el tipo habitual de llanto o distorsión de los músculos faciales. Alguien que tiene un carácter especialmente sensible puede a menudo ser movido a las lágrimas naturales por hermosas realidades espirituales. Esto puede ser una cosa muy buena, pero puede que no sea, estrictamente hablando, el don de las lágrimas, sino un estado de gran felicidad espiritual hecha en la oración o la contemplación. Pero intervienen nuestros sentimientos, de experimentar la gran alegría d sabernos amados por Dios y extasiarnos ante su Grandeza. Sería más un llanto de emoción.
Del mismo modo, alguien puede pasar por períodos o momentos en los que se ve aumentada su sensibilidad natural (por el estrés o agotamiento, por ejemplo), y esto podría hacerle más susceptibles a derramar lágrimas en respuesta a la estimulación emocional normal por la percepción de la belleza y la gloria divina. Este tipo de llanto puede ser emocionalmente renovador y de gran beneficio para la persona., porque llorar libera muchas hormonas y toxinas que se sabe que reducen los niveles de estrés y de ansiedad. Pero estrictamente hablando no es el don de las lágrimas.
Las consecencias del don de lágrimas, al ser de naturaleza mística, son permanentes. Dejan una huella que jamás se borra. El verdadero don de lágrimas deja a la persona llena de una paz perdurable, mayor amor a Dios y mayor sentimiento de sentirse amado por Dios.
PRECAUCIONES
Hay que dar importancia a aceptar con gratitud una inesperada fuente de consuelo o una penetración espiritual que quizá sea divina. Pero hay que tener en cuentas que no se debe poner nunca el regalo en el lugar del dador. En otras palabras, no debemos centrar nuestra atención en ningún carisma espiritual que sucede para bendecir nuestras vidas. Son regalos divinos que debemos aceptar con gratitud y naturalidad y nunca creando una sensación de ser "elegidos" o "especiales" para Dios. Todo ser humano es especial para Él, lo que no significa predilección.
No podemos estar absolutamente seguros de que un don espiritual, como el don de lágrimas, la contemplación, o algo más, se derive de Dios. Por eso debemos juzgarlo por sus frutos. ¿La persona siente que ya no es la misma, se siente más amada por Dios, ama mucho más a Dios, se siente más unido a los hermanos, hay una mayor benevolencia y serenidad? Entonces posiblemente es el don de lágrimas.
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