La experiencia de Dios

La experiencia de Dios

MISTICISMO Y ENAMORAMIENTO DE DIOS (2)



Añado algunos ejemplos escritos por personas de edades y sexos diferentes. También provienen de la colección del profesor Starbuck y podrían ser mucho más numerosos. El primero es de un hombre de 27 años de edad.

“Dios es del todo real para mí; hablo con Él y a menudo obtengo respuesta. Tras pedirle consejo acuden a mi mente pensamientos repentinos y bien diferentes de los que tenía. Hace más o menos un año, estuve durante semanas en la perplejidad más terrible; cuando el problema se me presentó estaba aturdido, pero al rato (dos o tres horas) oí claramente un pasaje del Nuevo Testamento: “Mi gracia es suficiente para ti”. Cada vez que pensaba en el problema oía esta cita. No creo que dudase nunca de la existencia de Dios, o que la haya retirado de mi conciencia... Con frecuencia Dios ha entrado perceptiblemente en mis asuntos, y siento que siempre dirige los más mínimos detalles. Sin embargo, en dos o tres ocasiones me ha ordenado cosas muy contrarias a mis ambiciones y planes”.

Otra declaración (no menos valiosa psicológicamente aunque sea infantil) es la de un muchacho de 17 años:

“A veces, cuando voy a la iglesia, me siento, participo en la celebración, y antes de partir, siento como si Dios estuviese conmigo, a mi lado, cantando y leyendo los salmos... Otras veces siento como si pudiera sentarme a su lado, abrazarlo, besarlo, etc... Cuando comulgo en el altar, intento encontrarlo y usualmente noto su presencia”
.
Otros más recopilados por Starbuck:

“Dios me rodea como una atmósfera física; está más cerca de mí que mi propio aliento. Literalmente, vivo, habito y tengo mi ser en Él”.

“A menudo parece que estoy en su presencia y hablo con Él. Me han llegado respuestas a la plegaria, frecuentemente son directas y abrumadoras las revelaciones de su presencia y de sus poderes. Otras veces Dios parece lejano, pero siempre por mi culpa”.

“Tengo la sensación de una fuerte presencia, y al mismo tiempo tranquilizadora, suspendida en el aire, por encima de mí. A veces siento que me envuelve con brazos que me sostienen”.

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