La experiencia de Dios

POESÍA MÍSTICA
Como la aurora en amanecer,
es tu luminoso amor celestial,
siendo tu Amor mi único haber,
porque como en noche nupcial
yo me sentía en tu amor arder
en mi alma fundida como cristal.
Y va naciendo y naciendo,
tu presencia en mi alma.
Y vas abrazando y abrasando,
en gran ternura y calma.
Y abriendo el alma como jazmín,
como si fuese tu amada esposa,
regresé a tu paradisíaco jardín,
sientiéndome yo la más hermosa,
en amorosa unión divina sin fin,
y era yo en ti la más bella rosa.
Y va surgiendo y surgiendo,
tu presencia en mi alma.
Y me vas abrazando y abrasando
en gran ternura y calma.
Y como una marchita amapola
así me sentía cuando tú te ibas,
y quedaba yo como esposa sola,
desdichada porque te marchabas,
tras sentir como una playa tu ola,
en medio de tus oceánicas aguas.
Y va surgiendo y surgiendo,
tu presencia en mi alma
Y me vas abrazando y abrasado
en gran ternura y calma.
Y en ese año que era ya hombre,
en ese mayo tu a toda mi alma,
la fundiste toda como el cobre,
quemándome en tu divina llama,
ardiendo en tu hermosa lumbre,
en medio del más celestial aroma.
Y va surgiendo y surgiendo,
tu presencia en mi alma.
Y vas abrazando y abrasando
en gran ternura y calma.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario